A este mítico vehículo le quedaban pocas posibilidades. La opción escogida por su comprador fue la matriculación como histórico, y más que un trámite nos parece una concesión de honor por su trayectoria, debido a que permaneció impasible cuando extraviaron su documentación, su entonces dueño lo regaló a un compañero y este finalmente lo vendió a manos que pusieron en marcha todas sus cualidades hasta entonces ignoradas.
Ahora conducen contentos…